El lema que presenta el ICOM para
el día de los museos “Museos (memoria +
creatividad) = progreso social” parece estar inspirado por Denis Diderot
(1713-1784), filósofo del siglo XVIII, uno de los impulsores de la célebre Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des
sciences, des arts et des métiers, y también uno de los autores que más ha
influido en el desarrollo del razonamiento autónomo y crítico del saber. Por
otra parte este año celebramos el tercer centenario de su nacimiento.
Como muestra de este sentido
crítico que le caracterizó presentamos este fragmento de su obra “Pensées sur
l’interprétation de la nature” (1753)
“Joven, toma y lee. Si puedes llegar al final
de esta obra, serás capaz de entenderlo mejor. Como yo me he propuesto más que
instruirte, ejercitarte, poco importa que tu adoptes mis ideas o que las
rechaces, siempre que atraigan tu atención. Alguno más hábil te enseñara a
conocer las fuerzas de la naturaleza, a mi me bastará con hacerte probar las
tuyas.”
Nacido en una familia burguesa,
pronto se interesó por la literatura. La censura por sus
escritos le llevó a la cárcel de Vincennes durante tres meses en 1751. Anteriormente, en
1747, ya había iniciado su gran proyecto editorial: l’Encyclopédie, que le ocuparía unos veinte años, aunque el
“Prospectus” aparece ya en 1750 y el primer volumen en 1751.
En 1762 decidió vender su
biblioteca a Catalina II, pero en el contrato se estableció la condición de
venta “en viager”, de esta manera Diderot pudo hacer uso de ella hasta su
muerte, e incluso Catalina II lo nombró bibliotecario de la colección
recibiendo también una retribución económica. Tal como estaba estipulado en el
contrato después de su muerte la biblioteca se trasladó a San Petersburgo en 1786, sin
embargo la colección no recibió el tratamiento adecuado y por tanto
desaparecieron ejemplares.
Destacar que fue un hombre
destinado a la edición, pues también participó al final de su vida en otro
proyecto de enciclopedia: l’Encyclopédie
Méthodique de Panckoucke et Naigeon (1781).
Por último mencionar que además
del gran proyecto de L’Encyclopédie, que
dirigió junto a D’Alembert, jugó un
papel importante su vertiente más literaria, tanto en novela, en cuento, como en teatro; sin olvidar sus críticas
literarias que fueron plasmadas en muchas ocasiones en su correspondencia.
Para elaborar esta introducción
nos hemos basado en el artículo de Rafael Cuesta “La Enciclopedia: el
triunfo de la verdad revelada por la razón”, publicado en el catálogo de la
exposición La Enciclopedia de Diderot y d’Alembert en la Fundación Antonio
Pérez. Cuenca, 2001.
La Biblioteca del MuVIM custodia una colección original y completa de esta obra y naturalmente a disposición
de todos aquellos que quieran deleitarse con sus textos e imágenes. Pasemos pues a comentar la Enciclopedia
Encyclopédie ou Dictionnaire
raisonné des sciences, des arts et des metiers.
Se trata de una producción espectacular
y ambiciosa, no muy original, porque este siglo es el siglo del enciclopedismo,
de los diccionarios, compendios, resúmenes, siempre con la intención de
divulgar el conocimiento. No obstante, esta obra se desmarca por su extensión,
el impacto que produjo en la opinión pública, el espíritu o voluntad que la
impulsaba, el conocimiento de los colaboradores y los debates que provocaba y
aportó a la posteridad.
En un primer momento y según el
“Prospectus” (1750), la intención era elaborar una obra de 10 volúmenes de
textos y 2 volúmenes de láminas, participando 150 colaboradores, todas estas
expectativas se superaron. También apareció un original “sistema figurado de
conocimientos humanos” plasmado en un “Cuadro general de los esfuerzos de la
mente humana en todos los géneros y siglos”
En 1772 ya se habían publicado 28
volúmenes, de los cuales 17 eran de texto y 11 de láminas. En la primera
edición se contabilizaron 4.000 suscriptores y 200 colaboradores entre ellos Voltaire,
Montesquieu, Rousseau, Condorcet, Holbach, Daubenton, Toussaint…
Sin embargo el camino no fue nada
fácil, todo lo contrario tuvieron que sortear diversos obstáculos:
prohibiciones, persecuciones, censuras, denuncias, encarcelamientos, amenazas,
condenas, destierros…., aún así el proyecto continuó porque los llamados
enciclopedistas siguieron redactando ensayos, cartas, panfletos y reuniéndose
en los salones, a pesar de ser perseguidos y desprestigiados los artículos o
voces por considerarlos plagios o por errores de transcripción.
Diderot resistió por el apoyo que
recibió de personas influyentes y por emplear la cautela en sus artículos.
Utiliza la ironía, el sarcasmo y otros procedimientos para burlar la censura.
Por ejemplo, todo artículo es un alegato contra la intolerancia, los dogmas y
el fanatismo; y ensalza el análisis racional, el espíritu crítico y el método
científico; se afirma tanto lo que piensa el autor del artículo como también lo
que el censor quiere leer; se utiliza el nombre de escuelas o sectas antiguas
para afirmar las propias ideas o hacer historia del libre pensamiento moderno.
Sobre el contenido cabe señalar
que el artículo “Enciclopedia” es clave porque aquí se recoge el objetivo
principal de la obra:
“Debemos
examinarlo todo, removerlo todo sin excepción, sin miramientos […] Debemos
derribar todas esas puerilidades, echar abajo las barreras que no hayan sido
planteadas por la razón, dar a las ciencias y a las artes esa libertad que tan
preciosa les es.”
Uno de los artículos más
censurados es “Filósofo”, aquí encontramos expresiones como “El siglo de la Filosofía” o “El siglo
de las Luces”. Se defiende el propósito de utilizar la razón como un
instrumento único de conocimiento. La razón juzga, compara y se esfuerza por
discernir la verdad del error. En vez de partir de pensamientos revelados o de
principios previamente establecidos, observa, analiza y se encarga de describir
relaciones y establecer leyes, basándose en la observación y la experiencia.
Esta es la idea que pretende divulgar y de esta manera la explica:
“Los únicos
verdaderos filósofos son aquellos, en los cuales la libertad de pensar se ha
apoderado del razonamiento […] porque se han atrevido a traspasar los límites
sagrados de la religión; y han roto las trabas que encerraban la razón”
Nada escapa a la razón, ese es el
espíritu que recoge el Discurso Preliminar de D’Alembert y plantea dos propósitos:
- Elaborar una enciclopedia donde se exponga el orden y la correlación de los conocimientos humanos.
- Elaborar un diccionario razonado sobre cada ciencia y cada arte, con sus principios generales, bien sea un saber liberal o un saber mecánico.
Por tanto se trata de un orden
empirista, no solamente establece un orden alfabético, las remisiones dan
claridad, relacionan nociones y matices que explican todo tipo de cuestiones.
“Las
remisiones aclaran el objeto, indican sus relaciones próximas con aquellos que
le atañen inmediatamente y sus relaciones remotas con otras que quizá se
presumen aislados de él; recalcan las nociones y los principios análogos;
fortalecen las consecuencias; entrelazan la rama con el tronco, y dan al todo
esa unidad tan favorable al establecimiento de la verdad y a la persuasión”
Por otra parte, D’Alembert
reconoce otros sistemas del conocimiento inspirándose en Bacon, se fundamenta
en tres facultades humanas: memoria, razón, e imaginación, facultades que se
vincularían directamente con Historia, Filosofía y Bellas Artes.
Respecto al contenido, también
resaltar el interés por las artes y los oficios, que por otra parte ya está
explícito en el título de la obra y también integrado en el sistema del saber.
En el “Discurso Preliminar” se menciona el esfuerzo de Diderot “a pie de
taller” para recoger datos para los artículos y las láminas. La plasmación de
la técnica y el trabajo manual tiene gran importancia pues fue una aportación
innovadora para ese tiempo y de gran valor para épocas posteriores, también en
la actualidad. Fue un buen intento de recopilación de todo el conocimiento de
las artes mecánicas y de la industria.
No debemos olvidar tampoco el
artículo “Arte”, donde se denuncia el desprecio hacia estos conocimientos.
“Poned en uno
de los platillos de la balanza las ventajas reales de las ciencias más sublimes
y de las artes más reverenciadas y en el otro las de las artes manuales, y
hallaréis que la estima en que se ha tenido a unos y a otros no se ha
distribuido en la justa proporción de esas ventajas, y que se ha alabado más a
los hombres ocupados en hacer creer que éramos felices que a los ocupados en
que realmente lo fuéramos”
Como tampoco
dejar pasar la conciencia que se tiene de ser una obra con una vigencia
provisional aspecto tratado también en el “Discurso Preliminar”
Así pues, es la
primera manifestación pública, abierta y colectiva de una nueva forma de
concebir el conocimiento, el orden social, político y económico, anhelando la
racionalidad y la libertad, porque el
uso de la razón exige libertad.
“[…]
el estado de esclavitud en que estaba sumida casi toda Europa, los estragos de
la superstición que nace de la ignorancia y que la reproduce a su vez, y se
verá que nada faltaba a los obstáculos que se oponían al retorno de la razón y
del gusto; pues solamente la libertad de obrar y de pensar es capaz de producir
grandes cosas, y la libertad sólo luces necesita para preservarse de los
excesos.”
Bien sabemos
que esta actitud crítica y libre nos proporciona avances en todos los ámbitos:
ético, político, social, siempre teniendo presente el concepto de ”progreso
social”, y el objetivo de conducirnos a un bienestar social y a la felicidad.
Se trata pues
de un planteamiento muy actual, base del proyecto moderno de humanidad y
sociedad justa, algo que construir, basado en principios como autonomía
personal, de pensamiento, de acción; así como en la libertad moral, política,
de igualdad, tolerancia, soberanía popular, etc.
El siglo XVIII
es un periodo de plena actualidad. En este momento surge un planteamiento que
recoge los objetivos que todavía están pendientes…, sigue siendo un reto,
porque de alguna manera sigue vigente su método: la crítica. Según defiende
Jorge Luís Borges:
“su objetivo final ha sido la conquista de la libertad
intelectual y moral. Ella ha sido el arma
de esta conquista y la guerra no ha terminado”
La fórmula del ICOM podemos
equipararla a la fórmula del “árbol del conocimiento” de L’Encyclopédie de Diderot y D’Alembert, resultando de esta
composición una voluntad de aprender jugando como bien dijo Johan Huizinga “Homo ludens” (1938).
Fórmula ICOM:
“Museos (memoria + creatividad) = progreso
social”
Fórmula del árbol del
conocimiento:
Encyclopédie [(memoire, raison) + (
imagination)]= félicité, plaisir
Voces de L’Encyclopédie :
selección de fragmentos significativos
Encyclopédie
[(mémoire, raison) + ( imagination)]= félicité, plaisir, jeu
Esta fórmula nos permite mostrar
la perspectiva del siglo XVIII sobre estos términos y al mismo tiempo difundir
el árbol de los conocimientos de l’Encyclopédie.
La enciclopedia recopila, recoge los conceptos, los analiza, matiza,
relaciona, al igual que un museo reúne, prepara y muestra, de ahí que sea
nuestro primer término en la fórmula.
En segundo lugar tenemos la memoria que junto con la razón forman el tándem del saber. A
continuación la imaginación que
fácilmente se vincula a las artes y a la creatividad; así pues tenemos las tres
ramas que salen del tronco, que es el entendimiento,
en el árbol de los conocimientos. Es más, en el mismo esquema del árbol aparece
esta explicación.
“El
entendimiento se ocupa solamente de las percepciones de tres formas, según las
tres facultades principales: la memoria, la razón y la imaginación.”
“El
entendimiento identifica de manera pura y simple las percepciones a través de
la memoria; o las examina, las asimila y las compara mediante la razón; o las
imita y las rehace por medio de la imaginación. [..] De donde surge una
distribución general del conocimiento humano, el cual se fija en la historia,
gracias a la memoria; en la filosofía, que emana de la razón y en la poesía y
la ficción, que nace de la imaginación.”
Y en último lugar y como
resultado de la fórmula: la felicidad
y el placer, conceptos que equiparamos
al progreso social dado que el objetivo es alcanzar el bienestar social y la
felicidad. A estos dos términos hemos añadido el juego, pues a través de él se busca el placer y al mismo tiempo es
utilizado como medio para obtener conocimiento.
Los fragmentos de textos de la
voces han sido seleccionados porque muestran definiciones, objetivos,
tipología, etc , los cuales ayudan a seguir la ruta de la fórmula hacia el
progreso social y la felicidad, principios básicos de la Ilustración.
Encyclopédie / Enciclopedia
“En efecto, el objetivo de una Enciclopedia es
reunir los conocimientos esparcidos por la superficie de la tierra; exponer la
clasificación general a los hombres con los que vivimos, y transmitirla a los
que vendrán después; con el fin de que los trabajos de siglos pasados no hayan
sido inútiles para los siglos venideros; que nuestros nietos, lleguen a ser más
instruidos, al mismo tiempo más virtuosos y más felices, y que no muramos sin
haber merecido ser del género humano. […] Ha sido difícil proponerse un
objetivo tan extenso como es tratar todo lo que tiene relación con las
curiosidades del hombre, sus deberes u obligaciones, sus necesidades y sus
placeres”.
“Cuando se considera la inmensa materia de una
enciclopedia, lo único que se percibe claramente es que no puede ser obra de un
solo hombre […] No se realizará nunca un buen vocabulario sin la participación
de un gran número de talentos, porque las definiciones de palabras no se
diferencian de las definiciones de las cosas, y las cosas no pueden ser bien
definidas o descritas más que por aquellos que han hecho un amplio estudio. Más,
si esto es así, ¿no hará falta para realizar una obra, donde lejos de limitar
la definición de una palabra, se planteará exponer con detalle todo lo que se
relaciona a la cosa?”.
“Mientras los siglos pasan, la masa de obras
crece sin cesar y se prevee un momento en el que será tan difícil instruirse en
una biblioteca, como en el universo y tan rápido buscar una verdad que existe
en la naturaleza, como encontrarla entre una inmensa multitud de volúmenes;
entonces será necesario entregarse a un trabajo con anterioridad abandonado,
porque no había necesidad de él”
Entendement / Entendimiento
“No es otra cosa que nuestra misma alma, concibiendo
o recibiendo ideas. […] El poder que tenemos de pensar se denomina
entendimiento o facultad intelectual”
“Un espíritu que permanezca inactivo, se
quedará siempre limitado; y el que abarque todo a la vez, demasiadas cosas,
llegará lo más complicado, lejos de duplicar sus fuerzas, las debilitará y
correrá el riesgo de perderlas por entero. Es necesario pues, ir por orden, es
decir comenzar por lo más cómodo, de los conocimientos más simples no pasar de
golpe a los más difíciles, pero avanzar por grados de los simples a aquellos
que no lo son tanto, de ahí llegar a otros un poco más difíciles de discernir,
etc..”
Mémoire / Memoria
“Memoria y recuerdo expresan una tendencia
libre del espíritu a unas ideas que no ha olvidado, aunque no se ocupe de
ellas, las ideas son huellas que duran, y se vuelve a ellas por una elección, es una
acción del alma.”
“La memoria y el recuerdo
recuperan aquello que queremos, depende únicamente de la libertad del alma;
pero la memoria concierne solamente a las ideas del espíritu; es la acción de una
facultad subordinada a la inteligencia, sirve para esclarecer; mientras que el
recuerdo repara en las ideas que interesan al corazón, es la acción de una
facultad necesaria para la sensibilidad del alma, sirve para darle calor.”
“Es importante distinguir bien lo
que separa la imaginación de la memoria. […]. La primera despierta las mismas percepciones;
la segunda solamente recuerda los signos y las circunstancias.”
Raison / Razón
“Se pueden formar diversas definiciones de la
palabra razón.Se entiende por razón de una manera simple y sin restricción a la
facultad natural concedida por Dios a los hombres, para conocer la verdad, sea
cual sea el camino que siga o sea cual sea el orden de materias donde se
aplique.“
“A veces se entiende por razón,
esta luz natural, por la cual tenemos la facultad de razonar, de conducirnos.”
“También se entiende como un
encadenamiento de verdades, las cuales el espíritu humano puede alcanzar de
forma natural, sin ayuda de las luces de la fe.
Las verdades de la razón son de dos tipos: unas son las que se llaman
verdades eternas, que son absolutamente necesarias; de manera que lo contrario
implica contradicción, de tales verdades hay una necesidad lógica, metafísica o
geométrica, no se sabría invertir sin ser llevado a lo absurdo. Existen otras verdades llamadas positivas,
porque ellas son las leyes que Dios querido dar a la naturaleza, o porque
dependen de ella. Nosotros las aprendemos por experiencia, es decir a posteriori,
o por la razón a priori, es decir por consideraciones extraídas de la
conveniencia que nos obliga a seguirlas.”
“Es
necesario marcar los límites precisos entre fe y razón. Ninguna proposición
puede ser recibida como revelación divina si es opuesta a aquello que conocemos
o nos llega a través de una intuición inmediata, bien sean proposiciones
evidentes por ellas mismas o por deducciones evidentes de la razón, como las
demostraciones…”
Imagination / Imaginación
“Es el poder que cada ser sensible experimenta
en sí mismo al representarse en su espíritu las cosas sensibles; esta facultad
depende de la memoria. Se ven hombres, animales, jardines; estas percepciones
entran por los sentidos, la memoria las retiene, la imaginación las compone; de
ahí que los griegos denominaran a las Musas hijas de la memoria.
Es esencial remarcar que estas
facultades de recibir ideas, retenerlas, componerlas, se encuentran en un nivel
donde no interviene la razón, estos recursos invisibles de nuestro ser están en
la mano del ser supremo que nos ha hecho y no en la nuestra.”
Beatitude, Bonheur, Félicité /
Beatitud, Dicha, Felicidad
“Términos relativos a la condición de un ser
que piensa y siente. La dicha describe un hombre rico en bienes de fortuna; la
felicidad, un hombre contento de lo que tiene; la beatitud, el estado de un
alma llena de la presencia inmediata de su Dios en este mundo o en el otro […].
La dicha provoca la envidia, la felicidad es sentida por nosotros solos; la
beatitud nos espera en la otra vida. El disfrute de los bienes da la felicidad;
su posesión la dicha, la beatitud despierta una idea de éxtasis y de alegría,
que no se experimenta ni en la dicha, ni en la felicidad de este mundo. Es cosa
de otros proporcionarnos dicha, nuestra felicidad depende más de nosotros,
solamente Dios puede conducirnos a la beatitud. La dicha es para los ricos,
dice el abad Girard en sus Synonymes,
la felicidad para los sabios y la beatitud para los pobres de espíritu.”
Plaisir
/ Placer
“Concierne al
espíritu, el corazón, los sentidos, la fortuna, todo lo que es capaz de
procurarnos placer. […] la palabra placer tiene más relación con prácticas
personales, usos y pasatiempos, tales como juegos, espectáculos, galanterías […]
El placer es un sentimiento del alma que nos hace felices al menos durante el
tiempo en que lo disfrutamos.”
“Si el cuerpo tiene sus placeres, el espíritu
tienen también los suyos; las ocupaciones sean serias o frívolas, si se
ejercitan sin fatiga, son acompañadas de un sentimiento agradable.”
“También hay
placer vinculado al cumplimiento de nuestros deberes respecto a nosotros
mismos, el placer nace en el seno de la virtud. ¿Qué hay más feliz que
disfrutar de una continua ocupación conveniente a nuestros talentos y a su
estado? La sabiduría aleja de nosotros la pena, incluso garantiza la
marginación del dolor, el cual en las personas con temperamento mejor formado
no tiene apenas lugar solamente en los excesos.”
“Si queremos
cumplir nuestros deberes respecto a los demás, seamos justos y hagamos el bien,
la moral nos lo ordena, la teoría de los sentimientos nos invita a ello; la
injusticia, este principio fatal de los males del género humano, no aflige
solamente a los que son victimas de ella, es una especie de serpiente que
comienza por desgarrar a quien la lleva.”
Jeu / Juego
“Especie de convención muy en boga, en la cual
la habilidad, la pura fortuna, o la fortuna mezclada con habilidad, según la
diversidad de los juegos, decide la perdida o la ganancia estipulada, entre dos
o varias personas.”
“El amor al juego es fruto del amor al placer,
el cual varia de forma. Desde la antigüedad los hombres han buscado divertirse,
relajarse con todo tipo de juegos según su carácter o temperamento.”
“El juego ocupa
y alimenta el espíritu por el uso fácil de las facultades, divierte por la
esperanza de la recompensa.”
Magnífico. Me ha gustado muchísimo. Enhorabuena a las bibliotecarias del MuVIM por compartir con todos nosotros estos maravillosos retazos de la gran obra de la humanidad. Diderot sigue siendo un personaje de actualidad. Muchas gracias. Juan A. Sancho
ResponElimina